Hace un par de semanas en Chile el candidato presidencial de extrema derecha, José Antonio Kast, afirmó que el hermano de la candidata Jeannette Jara había participado en el reportaje que reveló los rostros detrás de algunas cuentas que difunden información falsa sobre políticos en redes sociales. Este lunes, Donald Trump, el presidente de la uno de los países más poderosos del mundo, declaró que el uso de paracetamol durante el embarazo “puede estar asociado con un riesgo muy elevado de autismo”. Ambas mentiras. Fake news.

Con la masividad de internet y la facilidad de comunicación parece cada vez más común encontrarse con información dudosa o definitivamente falsa. La tierra es plana. Las vacunas provocan autismo. No existe el cambio climático. Todo falso absolutamente comprobado, verificado por especialistas, científicos, estudios, informes, etc. Pero para muchas personas eso parece no importar mientras las mentiras confirman sus propios sesgos y creencias. Los algoritmos opacos de las redes sociales propiedad de grandes empresas (Twitter/X, Facebook, Instagram, Tiktok, entre otras) muchas veces favorecen la propagación de esas mentiras. Todo por unos clics más.

Hay quienes creen que esto no es un problema real. Algunos, al parecer, porque las mentiras podrían resultarles beneficiosas, como en el caso del candidato Kast y sus seguidores; y otros simplemente porque no le ven la gravedad al asunto. Yo creo que la verdad importa y mucho. Primero que todo, importa como un principio ético y moral, pero además porque gracias a que la humanidad ha encontrado mecanismos más o menos confiables para encontrar verdades verificables –principal, pero no exclusivamente la ciencia– hemos logrado avances impresionantes: develar misterios del espacio y el tiempo; podemos entender enfermedades y encontrar la cura, permitiendo aumentar la esperanza de vida como nunca antes; podemos comunicarnos de manera casi instantánea con personas a cientos o miles de kilómetros de distancia; podemos entender la naturaleza y aprender a convivir mejor en ella. Y así podríamos enumerar un sinfín de cosas más. También, en nuestra vida cotidiana es importante porque en base a la verdad podemos tomar decisiones correctas. Y en política, es fundamental que elijamos a los líderes que guiarán los destinos de nuestra sociedad en base a información veraz.

La solución al problema no parece nada fácil. Yo no soy especialista en el tema y estoy muy lejos de tenerla. Desmentir las noticias falsas que circulan por internet implica un dilema, pues al hacerlo estamos también difundiendo la versión falsa, pero al no hacerlo podría generarse la sensación de que son verdaderas. En el último tiempo han surgido iniciativas de medios y periodistas para realizar “fact checking”, o sea, verificar de manera profesional la veracidad de esas noticias dudosas que se publican en la red. Pero parece no ser suficiente.

Si bien parece ser que los mayores propagadores de mentiras en la red están asociados con la extrema derecha, no es algo único ni exclusivo de ellos. He visto noticias falsas de todo tipo, asociadas a todos los sectores políticos y, la verdad sea dicha, es que nadie está libre de caer en ellas. A veces es tentador compartir una noticia, artículo o los dichos de otra persona cuando confirman nuestras creencias o desacreditan a ideas, personas, empresas, etc. que no nos agradan. Pero no podemos dejar que el interés por tener la razón o desacreditar a otros se anteponga a la verdad.

Yo también he caído y compartido fake news más de una vez, pero intento seguir algunas reglas básicas y simples para evitarlo:

  • Siempre verifico que las noticias, informaciones o datos que comparto vengan de un medio confiable.
  • Evito compartir noticias de capturas de pantalla o imágenes. Y si lo hago, acompaño el link a la fuente original.
  • Cuando alguien publica una noticia falsa, solo comento para desmentir a partir de una fuente confiable o un dato verificable.
  • Evito seguir medios o cuentas que publican noticias dudosas en redes sociales.
  • Evito las redes sociales que se han llenado de información dudosa cuyos algoritmos tienden a amplificarlas.

En los tiempos que corren donde las mentiras son difundidas incluso por autoridades y líderes mundiales, me parece más importante que nunca darle importancia a este tema. Porque la verdad nos tiene que importar siempre, incluso cuando nos resulte incómoda.

P.S: Si tienen algún tip adicional u otras sugerencias lo pueden dejar en los comentarios.

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